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miércoles, 7 de agosto de 2013

Quienes somos

Quienes somos



Proyecto Internacional de Derechos Humanos

El proyecto de DDHH nace en Londres como respuesta a la permanente denegacion de justicia en Chile, con el objetivo de contribuir a un futuro sin impunidad.
El Proyecto Internacional de Derechos Humanos es un colectivo, que fue establecido para trabajar por los derechos humanos y luchar contra la impunidad en Chile.
Parte central de este proyecto es la recopilación, el archivo, y la difusión de toda información disponible de los abusos a los derechos humanos durante la dictadura militar en Chile. Apoyar la tarea de enjuiciamiento de todos los responsables de violaciones a los derechos humanos. Desarrollar e inculcar una conciencia colectiva de los derechos humanos a través de proyectos nacionales e internacionales. Impulsar el rescate de la memoria histórica y el respeto que se le debe a las víctimas.

Perspectiva Histórica:

En 1973 los militares encabezados por el Augusto Pinochet, derrocaron al gobierno democráticamente elegido en Chile, del Presidente Salvador Allende, imponiendo una dictadura militar hasta 1990.
Miles de personas fueron asesinadas y “desaparecidas”; cientos de miles fueron perseguidos y torturados por oponerse a este régimen brutal. El poder de las fuerzas de seguridad de Pinochet también se expresó en la Operación Cóndor, que estableció la coordinación con otros regímenes militares y ejerció la ley del terror a través del continente. En 1990 Pinochet entrega el poder pero sin antes asegurarse el puesto de Senador Vitalicio, posición que le garantiza inmunidad.
Hoy en día, todavía hay mas de mil personas desaparecidas en Chile, casos en los cuales no habido justicia como tampoco en los casos de miles de ejecutados políticos.
Una cultura de impunidad institucionalizada ha sido establecida en muchos países de América Latina, especialmente después de las transiciones de dictaduras militares a gobiernos civiles, incluyendo Chile. Si este proceso no es revertido, la cultura de la impunidad será perpetuada a lo largo del continente, comprometiendo los derechos humanos fundamentales y menoscabando el desarrollo de la democracia.
El arresto de Pinochet en Londres constituyo un hito importante en la lucha por los derechos humanos y la justicia. El punto central es que toda persona debe responder por sus crímenes, independientemente de su posición de poder. Aunque el gobierno Británico cedió a las presiones del gobierno de Chile, permitiendo al dictador retornar a Chile, el arresto envió una clara señal al mundo que la implementación de la justicia a nivel internacional, estaba a nuestro alcance. A su vuelta a Chile, solamente gracias al trabajo de las victimas y sus familiares, de los abogados de derechos humanos y a la presión internacional, se logro el desafuero de Pinochet para que enfrentara la justicia. Sin embargo, gracias al gobierno de la Concertación, el dictador murió en la impunidad, sin haber nunca sido juzgado ni sentenciado por sus crímenes.
Aun queda mucho por hacer si queremos llevar a la justicia a todos aquellos responsables de violaciones a los derechos humanos en Chile, que en el día de hoy, en su vasta mayoría, se pasean libres en Chile.
Con este propósito y para evitar que estos crímenes se vuelvan a cometer, un grupo de personas que han estado activamente comprometidos con el trabajo con los derechos humanos, se han unido en la creación de este Proyecto.

Objetivos Centrales

· Acción por los Derechos Humanos

  • La implementación de acciones locales y el establecimiento de una red transcontinental de comunicaciones para hacer campaña en contra de los abusos de los derechos humanos en Chile y América Latina.

· Memoria Viva

  • Centro de información que documenta las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar en Chile, con un enfoque en particular hacia los desaparecidos y los ejecutados políticos.
  • Mantención de un sitio Internet, que recopila y da acceso global a toda la información disponible sobre las violaciones de los derechos humanos. Igualmente entrega información sobre los responsables, con el objetivo de que sean llevados a la justicia ya sea en Chile o en las Cortes Internacionales.
  • Publicaciones temáticas y de relevancia actual, talleres y grupos de discusión sobre derechos humanos.


· Boletín de Derechos Humanos- Chile

  • La publicación electrónica gratuita de un Boletin, con el objetivo de proveer información actual y periódica sobre derechos humanos, que se distribuye a través del correo electrónico, en forma quincenal.
  • Vea los Boletines publicados
  • Subscriba al Boletin


· Iniciativa 503

  • Documentación y análisis de los 503 días de arresto de Pinochet en Londres. Publicaciones, ensayos, análisis, testimonios personales, trabajos audiovisuales.
  • Vea lo que hay hasta ahora.

· Eco-Memoria

NI OLVIDO, NI PERDON
VERDAD Y JUSTICIA - CASTIGO A LOS CULPABLES - NO A LA IMPUNIDAD


Estas paginas han sido preparadas y son mantenidas por: Proyecto Internacional de Derechos Humanos - Londres © 2000 - 2013

Mexico

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EL ASILO CONTRA LA OPRESION
EXILIO EN MEXICO - A 34 AÑOS DEL OPROBIO
Publicado el 21/03/2009 por www.tribunadelbiobio.cl,
Gabriel Reyes Arriagada
La historia de la represión en Chile nunca estará completa si no se considera la dura pena de exilio de miles de compatriotas. En este caso, al cumplirse 34 años desde que un grupo de chilenos fue obligado a abandonar su país, me ha parecido importante destacar la expulsión de más de una veintena de militantes y simpatizantes del gobierno de Allende originarios de la VIII Región.
Luego de estar detenidos en el Estadio Regional de Concepción, en la ex oficina salitrera de Chacabuco (en el Norte de Chile), Tres Alamos (Santiago) Ritoque o Puchuncaví en la V Región, el 21 de marzo de 1975, un grupo de penquistas fuimos expulsados a México.
El inicio de nuestro destino fue precedido de una “Encuesta” realizada mientras nos encontrábamos en la prisión de Tres Álamos, en la que se nos emplazaba a definir si queríamos continuar en Chile o salir fuera del país. Con algún grado de ingenuidad, muchos de nosotros manifestamos que deseábamos continuar en Chile aún cuando ello nos significara un mayor tiempo de reclusión, considerando que a esa altura ya llevábamos un promedio de 17 meses detenidos sin que ninguno de nosotros estuviera formalmente acusado o condenado por delito alguno.
Por cierto que la referida encuesta fue a parar al tacho de la basura y sólo con un par de días de anticipación escuchamos en una radio santiaguina la noticia de que un importante grupo de presos políticos sería expulsado a México, dando a continuación un listado de 200 personas que debíamos abandonar nuestra patria sin que nunca hubiéramos quedado en libertad en territorio chileno.
Al día siguiente un diario capitalino confirmaba ese listado bajo el título de “200 perros marxistas serán expulsados a México”. La lista que era encabezada por la hermana del Presidente Allende, la diputada Laura Allende, incluía por cierto a un nada despreciable número de dirigentes de la VIII Región entre los que destacaban Aníbal Matamala, académico de la Universidad del Bío Bío, Jorge Chamorro dirigente de los mineros del carbón, Gabriel Reyes dirigente de la Unidad Popular, Emilio Cisternas, dirigente de la CUT, Luis Madrid, dirigente del Hotel Araucano y Joel Galindo de Coronel además del dirigente campesino de Ñuble Luis Sandoval, todos los cuáles nos sumamos a otros penquistas como Galo Gómez y Alejandro Witker que ya se encontraban en México. También desde Ñuble, partieron a la diáspora Javier Vargas, alto dirigente de la Juventud Socialista y los diputados Eduardo Contreras y Jaime Reyes mientras que desde Los Ángeles lo hicieron el ex diputado Arturo Pérez Palavicino, el contador Jorge Munita y el profesor de teatro Sergio Lidid. De Mulchén fue expulsado a México Raúl Arias.
Las horas anteriores a la expulsión fueron vertiginosas: Se nos fotografió (en mi caso con un overol azul entregado por los militares) para el Pasaporte que sería “sólo para salir del país”, luego se nos dieron instrucciones respecto del equipaje que teníamos derecho a portar…(apenas teníamos nuestra ropa) y se informó que cada uno de nosotros podía llevar un máximo de US $ 50 dólares con los que no todos, desgraciadamente, pudieron contar.
Luego de subirnos vigilada y disciplinadamente al avión que nos esperaba a un costado del Aeropuerto de Santiago, nos asignaron los asientos por estricto orden alfabético.
El vuelo duró unas largas 12 horas con una escala técnica en Panamá. Allí nos esperaban numerosos medios de comunicación nacional y extranjeros. Se dio una inédita Conferencia de Prensa ya que al no poder descender, a través de las ventanas se mostró una Declaración Pública redactada y escrita en el propio avión y firmada por Laurita Allende en la que explicábamos quiénes éramos y denunciábamos la arbitraria expulsión.
Poco antes de aterrizar en el aeropuerto Benito Juárez de Ciudad de México, por los altavoces del avión el Capitán nos informó que un oficial chileno que iba en el vuelo, (cuestión que obviamente desconocíamos) se dirigiría a nosotros. Las pifias no se hicieron esperar pero este extraño acompañante logró que lo escucháramos y curiosamente nos hizo un emotivo discurso de despedida, deseándonos una feliz estadía y esperando que en el menor tiempo posible pudiéramos reencontrarnos con nuestras familias. Nunca supimos el nombre ni grado de ese militar pinochetista.
Así, ese 21 de marzo de 1975, hombres y mujeres, jóvenes y viejos que habíamos pasado más de un año por las diferentes prisiones chilenas fuimos recibidos por la generosa tierra de Morelos, Zapata, Villa y Cárdenas. Se iniciaba otra etapa de nuestras vidas, conoceríamos otras realidades, nos haríamos más solidarios y nos comprometeríamos mayoritariamente, desde nuestra nueva trinchera, en favor de la lucha por la libertad, a democracia y el retorno a nuestra patria.
Una nueva e inesperada nube de periodistas nos esperaba en Ciudad de México, todos los medios de comunicación radial, escrita y de TV luchaban por entrevistarnos y conocer de nuestra propia boca el grado de represión que existía en Chile. La emoción de la libertad, aunque fuera en suelo extranjero, inundó nuestros corazones y nos hizo desparramar más de una lágrima.
El Hotel “Versalles” (que sería destruido por el terremoto del 85’) fue nuestra primera casa. Allí, en pleno centro de la Ciudad de México vivimos durante varios meses bajo el auspicio del Alto Comisionado para las Naciones Unidas (ACNUR) y el propio gobierno del Presidente Luis Echeverría, con quién a pesar de los cuestionamientos internos, los chilenos expatriados tendremos siempre una impagable deuda de gratitud.
Para algunos, los menos, la Ciudad de México fue simplemente un lugar de paso, por ejemplo Sergio Lidid, hombre de teatro de Los Angeles, se fue a las pocas semanas a Inglaterra, otros partieron a Australia, Canadá, Panamá o Cuba.
Los primeros meses de estadía fueron muy difíciles, no conocíamos el medio, estuvimos muchos meses sin trabajo viviendo sólo con el apoyo de ACNUR y del gobierno mexicano que a esa altura ya había creado la Casa de Chile, la que al estar cortadas las relaciones diplomáticas entre ambos países, sirvió de nexo entre el exilio y las instituciones mexicanas.
La Casa de Chile, financiada con el aporte de la solidaridad mexicana, tuvo como su primer Director al Ex Ministro Pedro Vuskovic quien luego fuera reemplazado por el ex Senador radical Hugo Miranda. En la Casa de Chile funcionaba un pequeño centro de salud con servicios de medicina general, pediatría y odontología atendido por los médicos exiliados, una Biblioteca, un Centro de Documentación y una imprenta. Había además un Salón de Actos donde se realizaban frecuentemente actividades de solidaridad con Chile y con los países en conflicto en aquella época, de manera que era habitual encontrar en la Casa de Chile a nicaragüenses, guatemaltecos, salvadoreños, haitianos, colombianos, uruguayos, argentinos, peruanos y paraguayos. Entre las actividades frecuentes estaban ciclos de cine/video dónde pasábamos revista a los videos de Teleanálisis con la realidad nacional, realizábamos peñas folclóricas, difundíamos nuestra música y efectuábamos coloquios literarios que fortalecían nuestro espíritu y compromiso con Chile.
El arte y la cultura se manifestaron en diversas formas. Grupos folclóricos creados al calor del exilio como el “Pilmaiquén”, el “Camilo Torres” y el “Testimonios” entre otros, los que animaban los actos Partidarios o de solidaridad; teatro, cursos de cueca, ciclos de cine, fueron parte de nuestra cotidianeidad.
Los exiliados manteníamos además nuestras estructuras partidarias fuertemente ligadas a la lucha por la reconquista de la democracia y es así como en ella funcionaban separadamente el PC, el PS, el PR, el MAPU, el MAPU OC, la IC, el Comité de Independientes “Salvador Allende” y el MIR.
A nivel individual la mayoría de los compatriotas se radicaron en el Distrito Federal mientras pequeños grupos emigraron a Puebla, Guadalajara, Guerrero y otros lugares de México, ejerciendo labores técnicas, profesionales o académicas en las principales industrias y universidades de esas ciudades.
Los mismos dirigentes, conscientes de la necesitad de coordinar al mejor nivel el apoyo a la lucha antidictatorial, crearon, con la participación de todos los partidos, es decir de la UP y el MIR, la Secretaría para América de Solidaridad con el pueblo de Chile, cuyo primer Secretario Ejecutivo fue nuestro actual Embajador en Argentina Luis Maira y de quien me correspondió ser su Secretario Técnico. Este organismo, coordinaba la actividad de solidaridad de todos los Comités de Chilenos que había en América: México, Cuba, Panamá, Venezuela, Ecuador, Colombia, Argentina, Perú, Canadá y Estados Unidos.
Esta instancia unitaria que duró todos los años de dictadura fue dirigida entre otros por Luis Maira, Armando Arancibia, Jaime Estévez, Edgardo Enríquez, Pedro Vuskovic, Gabriel Reyes, Hugo Vigorena, Alejandro Toro y Alfonso Guerrero, participando activamente en ella personas como la Señora Tencha de Allende, su hija y actual diputada Isabel Allende, Marcelo Schilling, Anselmo Sule, los ex diputado Carlos Morales, Rogelio de la Fuente, Manuel Rodríguez, Eduardo Contreras, Oscar Moya y Rubén Zapata.
La mantención de un exilio activo y estrechamente ligado a las direcciones clandestinas de sus Partidos contribuyó, sin duda, al aislamiento internacional de Pinochet. También nos permitió mantener nuestra identidad, fortalecer el espíritu democrático y prepararnos constantemente para el retorno a la patria amada.
El grupo de la Región del Bío Bío que procedía de Concepción-Chacabuco fue complementado con la presencia de otros destacados penquistas como Gerardo Espinoza, ex Ministro de Interior de Allende, el Dr. Edgardo Enríquez ex Rector y Ex Ministro de Allende, Jorge Peña Delgado (quién también había estado en Chacabuco), médico penquista; los ex diputados Manuel Rodríguez y Rogelio de la Fuente además de nuestro actual Intendente Jaime Tohá y Pedro Correa dirigente socialista de Ñuble. También estaba el académico Hugo Zemelman y el destacado cientista político (recientemente fallecido) Antonio Cortéz Terzi. De Tomé recordamos a Iván Moscoso. También compartimos exilio con el ex dirigente de la CUT y ex boxeador penquista Vicente García y su hija Mireya García activa dirigente de los familiares de detenidos desaparecidos, el ex futbolista Miguel Chávez, el actor de teatro Leonardo Archiles, la cantante folclórica Emma Millar y su madre Juanita Gutiérrez y el abogado Julio Sau.
Obviamente los exiliados de la Región del Bío Bío mantuvimos un contacto permanente con nuestros familiares a través de largas cartas y cortos llamados telefónicos que servían para conocer el estado de ánimo de madres, padres hijos y hermanos que sufrían por la injusta pena de un destierro que duraría un promedio de 15 años.
Desde México seguíamos diariamente las noticias “del interior”. Recibíamos en Casa de Chile, mediante un Servicio de Telex las informaciones de un par de agencias internacionales, las que resumíamos en un Boletín Semanal para el exilio y una revista mensual distribuida en toda América llamada “Chile Ahora”.
El atentado contra Pinochet el 7 de septiembre de 1986 y el plebiscito del 5 de octubre de 1988, constituyeron hitos que movilizaron al exilio de acuerdo a sus opciones políticas pero que quedarán grabados para siempre en nuestros corazones. La alegría que nos produjo saber que el ejército pinochetista no era invulnerable y la certeza de que la opción de NO en el plebiscito era la correcta nos permitió pensar con mayor claridad sobre el fin del gobierno militar y el reencuentro con nuestras familias.
La mayoría de los hechos políticos más relevantes que ocurrían en nuestro país tenían una inmediata respuesta en México y en el mundo: las huelgas de hambre de los Familiares de Detenidos Desaparecidos, las protestas de los últimos años, el plebiscito, la publicación de las listas primero de los prohibidos de ingresar y luego de los autorizados eran materia de información y acción inmediata.
Los pasaportes de miles de chilenos, marcados con una oprobiosa letra “L, en mi caso el Nº 58-78, otorgado en Panamá, con la siguiente inscripción: “El titular del presente pasaporte necesita previa autorización del Ministerio de Interior para regresar a Chile”, se transformaron en un símbolo de la clase dominante en contra de quiénes habían sido expulsados por pensar distinto.
Así, el Derecho a vivir en la Patria pasó de ser una consigna a una acción permanente en la década del 80. Manifestaciones frente a la Embajada de Brasil que representaba los intereses de Chile en México, marchas, huelgas de hambre, foros, publicaciones, afiches culminaron cuando la dictadura ya en su ocaso y con una fuerte presión externa e interna comenzó a publicar las nóminas de personas autorizadas a volver. Cada 20 de agosto, en homenaje a Bernardo O’Higgins lo dedicamos a celebrar el Día del Exiliado y a recordar a los que iban quedando en suelo extranjero.
Relevantes fueron los intentos de retorno por la vía legal de muchos chilenos. Recuerdo particularmente el de diciembre del año 1984 en que participé activamente junto a otros penquistas como el ex diputado Iván Quintana y el ex dirigente de la FEC, Antonio Leal y figuras como la ex Ministra Mireya Baltra, Jaime Gazmuri y Luis Guastavino realizamos dos intentos exigiendo nuestro derecho a vivir en Chile. Uno por tierra en que fuimos violentamente expulsados desde el túnel “Las Cuevas” hacia Mendoza y luego por aire en que no se nos permitió bajar del avión de Aerolíneas Argentinas obligándonos a volver a Buenos Aires.
Así, creo yo, poco a poco vamos completando, con nombres y apellidos la historia de la represión en el nivel regional, ya que así como hoy hablamos desde y sobre “México lindo y querido” (y jamás olvidado), confío en que muchos de nuestros coterráneos con los que compartimos prisión y debieron vivir una parte importante de sus vidas en otros países que abrieron sus puertas con una generosidad no siempre reconocida y retribuida, también escriban sus experiencias “internacionales”.
Tal vez nunca en nuestra historia existió la posibilidad de reconstituir la historia nacional a partir de sus actores concretos como ahora. La invitación es sencilla, escribamos sin temor, sin pretensiones literarias nuestros testimonios, para reflejar con la mayor intensidad posible que desde “el asilo contra la opresión” también se puede luchar.
Concepción, marzo de 2009

DOMINGO ANTONIO OBREQUE OBREQUE

DOMINGO ANTONIO OBREQUE OBREQUE


Rut : 133.938 Temuco

F.Nacim. : 16 10 36, 36 años a la fecha de la detención

Domicilio : Freire 901, Gorbea

E.Civil : Casado, 3 hijos

Actividad : Empleado Sociedad Química y Minera de Chile

C.Repres. : Secretario de Organización del Partido Socialista

F.Detenc. : 28 de septiembre de 1973


                                                            

 

SITUACION REPRESIVA

Domingo Obreque Obreque, casado, 3 hijos, empleado de SOQUIMICH, dirigente regional del Partido Socialista, fue detenido por primera vez el 15 de septiembre de 1973 en su domicilio de la localidad de Gorbea, por una patrulla policial a cargo del carabinero Pedro Zárate y de otros carabineros, entre los cuales se encontraba Alejandro Cruzat. Fue trasladado a la Tenencia de Gorbea y puesto a disposición del Teniente Patricio Bugueño, quien dispuso fuera trasladado a Temuco para ser puesto a disposición de la Fiscalía Militar de esa ciudad, permaneciendo en la Cárcel Pública de Temuco, mientras era investigado. El 24 de septiembre la Fiscalía Militar dispuso fuera puesto en libertad condicional, con la obligación de presentarse a firmar una vez por semana a la Tenencia de Gorbea. Cumpliendo con lo dispuesto por el tribunal militar, el 28 de septiembre a las 08:30 horas, se presentó acompañado de su cónyuge Rosalina Elizabeth Varas Vergara a la Tenencia, y tras firmar el registro pertinente, regresó a su casa. En la tarde de ese mismo día, a las 19:30 horas, se presentó al domicilio el Teniente Patricio Bugueño acompañado por el carabinero Carlos Alarcón, lo arrestó y lo trasladó en un jeep de la CORA hasta la Tenencia de Gorbea.

Al día siguiente, su cónyuge concurrió al Cuartel de Carabineros a informarse de las razones de esta nueva detención, siendo informada que su esposo quedaría en libertad en las próximas horas. Sin embargo, habiendo transcurridos varios días sin hacerse efectiva la libertad anunciada, se apersonó nuevamente a la Tenencia, donde el carabinero Hugo Cruz le manifestó que el detenido había sido entregado a una patrulla sin especificar si ésta era del Ejército, Carabineros o de otra rama de las Fuerzas Armadas. El teniente Bugueño se negó a recibirla, y a su madre y al sacerdote Pablo Scopmann les dijo que la víctima había sido llevada al sur del país sin especificar mayores detalles. Todas las diligencias y averiguaciones realizadas ante la IV División de Ejército, Fiscalía Militar, Ministerio del Interior, etc., dieron resultados negativos y no se logró saber la suerte corrida por Domingo Antonio Obreque Obreque.



GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

El veinte de marzo de 1979, Rosalina Varas Vergara, interpuso ante el Tercer Juzgado del Crimen de Temuco, una denuncia por presunta desgracia de su cónyuge. Esta dio origen a la causa N°350. En dicho proceso prestó declaración la denunciante y la madre de la víctima, las que ratificaron sus dichos, y entregaron al tribunal copias de las solicitudes enviadas al Sr. Cardenal Raúl Silva Henríquez y al General don Oscar Bonilla, entonces Ministro del Interior, en las cuales se pone en conocimiento de dichas personalidades la detención del afectado. La causa fue acumulada al proceso 2‑79 instruida por el Ministro en Visita Alfredo Meynet González y que investigó los casos de las personas detenidas‑desaparecidas del departamento de Temuco. En la orden de investigar ordenada por el Ministro y que fuera diligenciada por la policía de Investigaciones, se entrevistó a la cónyuge de la víctima, quien agregó como nuevo antecedente que en una oportunidad que llegó a Gorbea el Prefecto de Carabineros de Temuco, Sr. Arias, le explicó el problema de Domingo Obreque y éste hizo llamar al Capitán Bugueño, el cual al consultársele sobre la detención de su esposo, negó haberla efectuado. También se entrevistó al cabo primero de Carabineros Carlos Alberto Alarcón Torres, quien manifestó que el 11 de septiembre de 1973 fue trasladado a la Tenencia de Gorbea, donde estaba como jefe el Teniente Patricio Bugueño. Con respecto a Domingo Antonio Obreque Obreque, no recuerda haberlo conocido o tener conocimiento específico de su detención. En la Sección de Estadística de la Cárcel de Temuco figura como ingresado el 17 de septiembre de 1973, por orden de la Fiscalía Militar de Temuco por infracción a la Ley 17.798, y en libertad el 24 de septiembre de ese año. En la Tenencia de Gorbea no hay antecedentes de su detención por cuanto los libros pertinentes del año 73 fueron incinerados de acuerdo al reglamento.

El 25 de octubre de 1979 el Ministro en Visita se declaró incompetente de seguir conociendo la causa y remitó los antecedentes al IV Juzgado Militar de Valdivia, con el fundamento de que todas las personas cuyo desaparecimiento se investiga fueron detenidas por Carabineros, Ejército o Fuerza Aérea, en diversas patrullas actuando inequívocamente en acto de servicio; concluyendo que cabe presumir alguna suerte de responsabilidad en el desaparecimiento de estas personas, en el personal uniformado que procedió a su detención comprobada. En diciembre de ese año, el tribunal militar aceptó su competencia y ordenó instruir la causa 1192 bis‑79 a la Fiscalía Militar Letrada de Cautín. Ante este último tribunal, compareció María Estela Vergara Kulmann, suegra de la víctima, quien expuso que concurrió a la Tenencia de Gorbea y se entrevistó con el entonces Teniente Patricio Bugueño, a quien conminó a que le dijera honestamente qué había pasado con su yerno, para poder dar respuesta a su hija y nietos que lloraban por su padre. El Teniente reconoció que lo había detenido en esa Tenencia, pero que lo había entregado a una patrulla militar, sin especificar de qué Regimiento, y que lo habían sacado de Gorbea; incluso le indicó que podría estar en Lautaro, Temuco o en una Isla del Sur del país, y que se mantuvieran tranquilos, porque en unos "días más sabríamos de Domingo Antonio Obreque Obreque". En marzo de 1980 compareció ante la Fiscalía el Sargento Segundo de Carabineros Hugo Omar Cruz Castillo, quien expone que al 11 de septiembre de 1973 prestaba servicio en la tenencia de Gorbea con el grado de Cabo Primero. Respecto a la víctima afirma que lo conocía de vista y que no podría precisar si luego del 11 de septiembre estuvo detenido en la Unidad. No recuerda haber informado a los familiares que éste hubiera sido trasladado a Temuco, y puede que así lo haya dicho pero no en forma específica en relación a éste, sino que en términos generales, ya que los detenidos en su gran mayoría eran enviados a la Fiscalía Militar de Temuco. También, puede que le haya dicho a su familia que haya sido entregado a una patrulla, ya que constantemente llegaban a buscar a los detenidos patrullas de las FF.AA., Carabineros o FACH, los que se hacían cargo de éstos y los ponían a disposición de los tribunales correspondientes.

Ese mes y año, prestó declaración Alejandro Cruzat Roa, Sargento Segundo de Carabineros, quien expone que al 11 de septiembre de 1973 prestaba servicio en la Tenencia de Gorbea como Cabo Primero; negando haber participado en la detención del afectado. En esta fecha compareció el Cabo Primero de Carabineros, Carlos Alberto Alarcón Torres, quien señaló a la Fiscalía que al 11 de septiembre de 1973 prestaba servicios en la Tenencia de Gorbea como simple funcionario de Carabineros. En cuanto ala víctima, dice que no es efectivo que él hubiera acompañado a su Teniente Patricio Bugueño al domicilio de ésta para proceder a su detención. Ni tampoco recuerda haberlo visto detenido en la Tenencia.

Finalmente, en junio de 1980, compareció ante la Fiscalía Militar el abogado Juan Mettich Alvear, quien expone que a petición de la cónyuge de la víctima se trasladó a Gorbea a fin de averiguar detalles de su detención a fin de asumir su defensa. Recuerda que se entrevistó con el oficial a cargo de la Tenencia de Gorbea, quien le informó que el Sr. Domingo Obreque Obreque, había sido detenido por problemas políticos y entregado a la autoridad competente para llevarlo al sur sin especificar lugar, ni a qué autoridad había sido entregado.

El 24 de octubre de 1980 el Juez Militar sobreseyó total y definitivamente la causa en virtud del Decreto Ley de Anmistía de 1978.






Esta pagina fue modificada el 17/07/2010

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